Yabetza Vivas

Por Amaxy Moreno. Foto Roberto Valbuena Graphic

Es símbolo de perseverancia y talento, siendo la primera mujer puertorriqueña en dirigir un concierto especial clásico con la Orquesta Sinfónica de Puerto Rico. Su historia combina disciplina, riesgo y profunda humanidad. Desde niña, la música fue su refugio y su lenguaje. "Mi sueño era ser arquitecta ... la música era mi hobby, mi espacio seguro, mi manera de expresarme", recuerda, mostrando cómo la vocación puede nacer de la curiosidad y la pasión más allá de la planificación.

Su camino no estuvo exento de desafíos. Se mudó a Michigan por seis años, enfrentando inviernos severos, nuevas culturas y audiciones interminables. "Quizás he hecho alrededor de 15 o 20 audiciones para poder entrar a una maestría ... uno se enfrenta a 80, 90, 100 músicos, todos con sus propias ideas", comparte, describiendo la presión de liderar un mundo dominado por hombres. Ser latina y angloparlante añadió un filtro extra de prejuicios, pero cada obstáculo fortaleció su determinación.

La vulnerabilidad ha sido compañera constante en su carrera como vivir un mes en un motel con recursos limitados y lanzarse a lo desconocido: "La única otra respuesta es no. Pero puede ser sí ... Fue realmente un salto al vacío de decir 'yo esto es algo que quiero y no tengo otra manera de lograrlo’". Su arte nace de esa exposición, de romperse para crear, de combinar disciplina con sensibilidad.

En el podio, su enfoque es absoluto, aunque mantiene presentes a quienes la observan: "Trato de que las familias y los niños vean que pueden ser ellas o ellos los que estén en el podio ... soy una persona como ustedes que tuvo unos sueños y decidió ir tras ellos". Su fuerza proviene también del apoyo de su madre, su pareja, amigas y compañeros, quienes la sostienen en momentos de duda.

Yabetza le dice a los jóvenes que se sienten limitados que "siempre hay una manera ... crean en su potencial ... puede tomar más tiempo, puede tomar más esfuerzo, pero créanme que al final del día eso hace que sea aún más gratificante cuando lo logran". Su historia es una sinfonía viva que inspira a seguir los propios sueños sin miedo.