“... y vivieron por siempre felices"
¿Mito o realidad? La ilusión de los cuentos de hadas.
SALUD
Versátil Magazine
9/4/20253 min read









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Hay que hablar de todo y cuando digo todo, es todo. La vida en pareja conlleva diferencias de carácter, retos económicos, responsabilidades compartidas, por lo que los conflictos serán inevitables.
Entonces, la pregunta seria: ¿qué puedo esperar del matrimonio? Más allá del enamoramiento inicial-una etapa que pasa muy rápido-debemos establecer límites y dar y recibir apoyo emocional. Deben poder hablar de todo, especialmente temas del día a día: quien hace qué en el hogar, la familia, la profesión y sus metas personales y profesionales. Otro punto importante que debes aprender es a negociar y mantener un balance, para llegar a acuerdos en beneficio de ambos. No hay relación perfecta. La perfección no existe y menos en pareja. Es un trabajo en equipo que implica hablar sobre diferencias y desacuerdos, gustos y disgustos, sin peleas ni gritos.


Recuerda: para una pelea se necesitan dos. Nadie gana, ambos pierden. Si estás molesta o sientes coraje, mejor retírate. No tomes decisiones bajo emociones fuertes. Es difícil, sí. Para muchos, es más fácil rendirse que enfrentar los desafíos.
Por último, dedíquense tiempo, mantengan la intimidad emocional y física y cuiden los pequeños detalles del día a día. Rompan la rutina de vez en cuando y aprendan a adaptarse juntos a los cambios.
En conclusión, los cuentos de hadas son fantasía. El matrimonio no garantiza la felicidad, pero puedes construir tu propia historia de amor si ambos se comprometen con el esfuerzo, haciendo del amor y la felicidad el centro de sus vidas.
¿Fin?


Por Dra. Rita Deliz. Psicóloga.
Cómo no recordar los cuentos de hadas como "Blancanieves" y "La Cenicienta", en que la historia siempre terminaba con el amor verdadero y un príncipe azul, culminando con un "y vivieron por siempre felices".
Esta visión idealizada ha influido profundamente en nuestra cultura y concepto del matrimonio, haciéndonos pensar que ese compromiso garantiza la felicidad. Sin embargo, la realidad conyugal está lejos de esa fantasía.
El matrimonio no es como nos lo pintaban en las historias de Disney. No se trata solo de amor y pasión. Exigen mucho esfuerzo, respeto, comunicación y compromiso. Pensar que todo será color de rosa puede llevarnos a frustraciones cuando surjan los problemas normales de la convivencia. Por eso, es importante no crear falsas expectativas idealizadas sobre lo que es una relación. La comunicación es vital y ambos deben tener claro que esperan el uno del otro.