Edwin Batista

Edwin Batista, artista plástico y vicepresidente de Producciones Contraparte, se describe como alguien que permanece bajo el radar mientras se dedica a múltiples actividades.

Batista atribuye gran parte de su desarrollo artístico al apoyo familiar, especialmente de su abuela y su padre. Creció en Orocovis, rodeado de libros, artes y música, gracias a su abuela de raíces españolas, quien le inculcó el amor por las artes y la lectura. Su padre, un activista LGBT, también fue crucial en su formación, impulsándolo a estudiar arte y descubrir su talento para el dibujo.

Batista defiende la belleza del cuerpo humano a través de su obra Homoerótico, buscando reivindicar la genitalidad masculina y desafiar los tabúes sociales. Según Batista, su padre, quien también se identificaba como hombre gay, habría apoyado plenamente su arte. "Si a la gente no le gustaba, eso era problema de la gente, no mío", comenta Batista, subrayando la importancia de crear para uno mismo.

Uno de los aprendizajes más importantes de su padre fue no temerle a las palabras, incluso a los insultos homofóbicos. "Las palabras muchas veces son maravillosas, pero cuando se disparan pueden ser muy dañinas", advierte. Esta enseñanza le otorgó una resiliencia que se refleja en su vida y obra. Batista enfatiza la importancia de la libertad emocional y aconseja a los nuevos artistas ser libres, aprender de los maestros del pasado y desarrollar su propia línea artística sin miedo.

En sus exposiciones, Batista ha observado cómo los espectadores inicialmente tímidos se liberan al contemplar sus obras, comparándolo con la experiencia de visitar una playa nudista. Resume su filosofía de vida y arte en una sola palabra: libertad.