Erika Gómez Salas

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Por: Amaxy Moreno. Fotografías: Roberto Valbuena Graphic.

Chef ejecutiva del Fairmont El San Juan Hotel. Con una trayectoria de más de una década en la alta gastronomía, Gómez Salas comenzó desde las posiciones más básicas dentro de la cocina y, con esfuerzo y disciplina, fue escalando hasta convertirse en chef ejecutiva. “Mi inspiración siempre ha sido el deseo de ser mejor cada día y aportar a la gastronomía con nuevas ideas”, comenta.

A nivel personal, la chef enfrenta el reto de balancear la maternidad con la exigente vida de la gastronomía. Su hijo Paulo, de 15 años, es su mayor inspiración. “Ser madre en cualquier industria es difícil, pero con una red de apoyo todo es posible”, enfatiza. Además, destaca que su equipo de trabajo también forma parte de su familia extendida. “Mis empleados son mis hijos, los llamo mis pollos. Ellos me enseñan y crecemos juntos”, añade.

Admite que Paulo es curioso y está abierto a probarlo todo. “No le gustan las cosas picantes, pero siempre le enseñamos a probar antes de decidir”, menciona. Para ella, la gastronomía es una aventura constante y, como madre y chef, busca inculcar ese mismo espíritu en su hijo.

Para Gómez Salas, la cocina es una expresión de amor y vocación. Su filosofía culinaria se resume en “cocinar con amor”, porque cada plato es un reflejo de la pasión y el esfuerzo que se invierte en él. Enfatiza la importancia del trabajo arduo, la perseverancia y el respeto. “Las recompensas llegan cuando trabajas con entrega y pasión”, expresa con convicción.

Sobre el futuro de la gastronomía local, Gómez Salas reconoce el impresionante crecimiento del sector en los últimos años. Destaca cómo Puerto Rico ha dejado de depender de chefs extranjeros y ha desarrollado un movimiento culinario fuerte, impulsado por talentos locales. La evolución ha sido notoria, con más eventos y un reconocimiento cada vez mayor a los chefs puertorriqueños en el panorama internacional.

Finalmente, como chef ejecutiva de un hotel de prestigio, también reflexiona sobre cómo la maternidad ha influido en su liderazgo en la cocina. La paciencia, la tolerancia y la comprensión han sido cualidades que ha desarrollado aún más desde que se convirtió en madre. “Liderar un equipo culinario es como criar a un hijo: cada persona es diferente y requiere un enfoque particular”, explica.

Con una carrera admirable, Erika Gómez Salas sigue dejando su huella en la gastronomía puertorriqueña, demostrando que el talento, la disciplina y el amor por la cocina son la clave del éxito.