Mascotas en Navidad y Fin de Año

Un ser vivo no es un obsequio; es un compromiso que exige responsabilidad, tiempo y amor. La verdadera magia de estas fechas no está en lo que damos envuelto, sino en lo que ofrecemos desde la conciencia.

Como revista, celebramos este aniversario reafirmando un mensaje claro: podemos construir unas fiestas mas amables, seguras y respetuosas para todos los miembros de nuestra familia, incluidos aquellos que no hablan, pero sienten profundamente.

Que esta temporada sea una invitación a celebrar con propósito, con amor y con el compromiso de evolucionar juntos.

Por Amaxy Moreno

En esta Edición de Aniversario, en que miramos con orgullo el camino recorrido, también es oportuno reflexionar sobre cómo celebramos nuestras tradiciones y qué tan inclusivas realmente son. La Navidad y el Fin de Año se han convertido en sinónimos de alegría, reencuentros y celebración. Sin embargo, detrás del brillo y los festejos, existe una realidad que con frecuencia pasamos por alto: nuestras mascotas viven estas fechas de una manera muy distinta.

Para muchos animales, las fiestas representan estrés, ruido, visitas constantes y cambios abruptos en su rutina. Lo que a nosotros nos emociona, para ellos puede significar confusión o miedo. Y, si algo hemos aprendido en este recorrido editorial, es que una sociedad consciente no se construye solo con discursos, sino con acciones coherentes que reflejen nuestros valores.

La pirotecnia es uno de los ejemplos más evidentes. Mientras ilumina el cielo para algunos, para miles de mascotas simboliza terror. Año tras año, incontables animales se extravían, sufren ansiedad o enfrentan consecuencias graves por estos estruendos que ya no encajan con la evolución de nuestras sensibilidades. Apostar por celebraciones sin ruido no es limitar la alegría: es ampliar la empatía.

También es momento de cuestionar prácticas normalizadas, como regalar mascotas en Navidad.