Pili Montilla

Por Amaxy Moreno. Foto Roberto Valbuena Graphic

La presentadora, actriz y entrevistadora puertorriqueña, ha vivido más de dos décadas en la industria del entretenimiento entre Puerto Rico y Los Ángeles. Ha aprendido a habitar en la calma. "Estoy en paz. Ahora mismo estoy en un momento en que conozco bien quién soy, en donde sé exactamente el tipo de personas que quiero alrededor mío, el tipo de vibración en la cual quiero estar", dice con la serenidad de quien se ha reconciliado con el tiempo.

Ese proceso de introspección tuvo un punto de quiebre cuando en 2020 perdiera a sus padres. Desde entonces, regresar a Puerto Rico adquirió otro significado. "Venir a Puerto Rico y no tener un hogar, en tu hogar, me hizo quererlo más. Puerto Rico me llama", confiesa. Ese llamado la acercó a lo esencial: disfrutar lo sencillo y reír sin reservas. "Soy payasa, me encanta la risa y la gozadera, pero también disfruto escuchar un pajarito en la mañana".

Su regreso a la televisión local con Dancing with the Stars Puerto Rico refleja esa actitud confiada y alegre. Llegó sin miedos, con la certeza de su talento. "Uno también tiene que ser su cheerleader. Yo sé lo que traigo". Reinventarse, asegura, no es opción. "Me considero la reina de la reinvención. En esta industria no te puedes quedar atrás, tienes que adaptarte y fluir".

Más allá de la pantalla, Pili es reconocida por un don especial: escuchar. No se trata solo de preguntas, sino de la atención plena con la que se acerca a cada invitado. "Lo que hace una buena conversación es tu disposición y tus ganas de verdad escuchar, no oír. Es también leer los silencios, los manierismos, lo que no se dice". Así ha logrado conectar con figuras como Ricky Martin, Sandra Bullock o Carlos Santana, siempre buscando la humanidad detrás de la fama.

Hoy abraza la vulnerabilidad como fuerza y se define sencilla y sensible, y con honestidad, deja un mensaje que se convierte en su bandera: "La vida es corta: sé tú, sonríe y sé amable. Ese es el legado que quiero dejar".